Leche condensada casera:
2 tazas de leche entera
2/3 de taza de azúcar granulada
3 cucharadas de mantequilla sin sal
1/2 cucharadita de extracto de vainilla
Instrucciones:
Mezclar la leche y el azúcar:
En una cacerola pesada, combina la leche y el azúcar. Calienta a fuego medio, revolviendo constantemente hasta que el azúcar se disuelva completamente.
Hervir y reducir:
Una vez que el azúcar se haya disuelto, lleva la mezcla a ebullición. Reduce el fuego a bajo y deja que la mezcla hierva suavemente. Debes vigilar constantemente y revolver ocasionalmente para evitar que la mezcla se queme en el fondo de la cacerola.
Espesar la mezcla:
Continúa cocinando a fuego lento durante aproximadamente 1 a 1.5 horas, o hasta que la mezcla se haya reducido a la mitad y tenga una consistencia espesa y pegajosa. Es importante mantener el fuego lo suficientemente bajo para que la mezcla no hierva rápidamente.
Añadir mantequilla y vainilla:
Una vez que la mezcla se haya espesado y reducido, retira del fuego y añade la mantequilla y el extracto de vainilla. Revuelve bien hasta que la mantequilla se derrita completamente y la mezcla sea homogénea.
Enfriar y almacenar:
Deja que la leche condensada se enfríe a temperatura ambiente. Una vez fría, transfiérela a un recipiente hermético. Puede ser almacenada en el refrigerador hasta por una semana.
Usar según sea necesario:
Usa tu leche condensada casera en tus recetas favoritas de postres, café o té.
Esta receta te permite crear una deliciosa leche condensada en casa con ingredientes simples y sin preservantes adicionales. Es perfecta para cuando necesitas leche condensada y no tienes tiempo para correr a la tienda, o simplemente prefieres una versión más natural y casera.
Espero que te encante